jueves, 15 de marzo de 2012

Los hombres tienen nombre: Alexander Wurz

Lleno de colinas, montañas y muchos campos, Austria es un país particular. Muy tranquilo y sin grandes núcleos de población, el mundo del motor allí es popular, y se convirtió en una especie de deporte nacional en la época de Niki Lauda. Solo hay dos circuitos activos: el Red Bull Ring (el antiguo Österreichring y A1-Ring), que es la sede del DTM, y Salzburgring, conocido por sus carreras de turismos.  En cuanto a los pilotos, no hay muchos a nivel internacional. Desde los títulos de Lauda pocos han llegado a la Fórmula 1, siendo Gerhard Berger el más destacado. A cambio tienen a Red Bull, uno de las bebidas más conocidas del mundo y la escudería de moda, ganadora de los dos últimos campeonatos de pilotos y de constructores en la máxima categoría. Pero hasta hace poco, Austria tenía su mejor representación en nuestro hombre de hoy.

Nacido en Waidhofen an der Thaya, un pequeño pueblo del noreste del país, en 1974, Alex Wurz es adicto al deporte y al motor desde pequeño. Con solo doce años ganó el Campeonato Mundial de BMX y fue subcampeón europeo. No tardó en empezar a competir en karts: en 1989 se proclamó subcampeón austríaco y en 1990 acabó cuarto en el Campeonato del Medio Este. Su primer contacto con un monoplaza llegó al año siguiente y Wurz no tardó en destacar: dos subcampeonatos en Fórmula Ford, tanto en Austria como a nivel internacional en fueron el preludio de lo que ocurriría en 1992. Ese año ganó los dos títulos mencionados y también en Alemania; tres campeonatos en la F-Ford y el título de mejor piloto del país. También compitió en la Copa de Naciones de la Fórmula Opel Lotus, acabando en la novena posición.

Después de que la Fórmula Ford se le quedara pequeña, se pasó a la Fórmula 3. En 1993 ganó el campeonato de Austria de dicha disciplina y compitió en la F3 alemana (decimotercero) y en el Masters de Zandvoort (decimoséptimo) con el equipo de Helmut Marko, que más tarde se convirtió en el programa de jóvenes pilotos de Red Bull. Siguieron dos años en la F3 alemana con el equipo G+M Escom Motorsport., participando también en las principales carreras a nivel mundial. Subcampeón en 1994, con tres victorias y doce podios, fue décimo en el GP de Mónaco, decimoquinto en el GP de Macao y abandonó en el Masters. Repitió programa en 1995: en Alemania, los resultados no fueron tan buenos y acabó sexto, con tres podios. Pero mejoró en las carreras de un día: abandono en el Masters, sexto en Mónaco y séptimo en Macao.

En 1996 se convirtió en piloto oficial de Opel en el DTM, pero no hizo una buena temporada. Aunque puntuó bastante, su mejor resultado fue una cuarta posición y finalizó decimosexto en la clasificación. Compitió en las 24 horas de Le Mans, con un Porsche del equipo Joest Racing. Y ganó, junto a Davy Jones y a Manuel Reuter, convirtiéndose así en el piloto más joven en ganar la carrera de resistencia más famosa del mundo. Al año siguiente fue piloto de Mercedes en el FIA GT: décimo, ganó una carrera e hizo podio en otras dos, formando equipo con Bernd Schneider (que acabó siendo el campeón). Y fue probador del equipo Benetton de Fórmula 1, sustituyendo a su compatriota Gerhard Berger mientras éste estaba enfermo. Corrió tres carreras: sumó dos abandonos en Canadá y en Francia, pero fue tercero en Gran Bretaña.

Benetton se renovó en 1998, y dejó de coger a pilotos veteranos para renovar su plantilla con savia nueva. Alex Wurz y Giancarlo Fisichella sustituyeron a Berger y a Jean Alesi, y permanecieron juntos durante tres años, en los que pasó de todo. La trayectoria de Wurz en el equipo ítalo-británico fue bastante irregular. Cinco cuartos puestos en el primer año fueron una buena señal, ya que fue octavo y se quedó a las puertas del podio en varias ocasiones. Pero en 1999 solo consiguió un quinto y un sexto puesto y acabó decimotercero, con tres puntos. Y en el 2000, una quinta posición y gracias, de camino al decimoquinto puesto final. Al austríaco le faltó velocidad en sus años en Benetton, y fue despedido, siendo su sustituto un joven y prometedor Jenson Button.

Después de irse de Benetton, aceptó un puesto de piloto probador en McLaren, que ejerció durante cinco años. Sin ir a los Grandes Premios, Wurz afinó los coches de Woking sin parar y sin perder la velocidad entre 2001 y 2004, sacrificando una carrera automovilística que podría haber sido notable a cambio de un buen sueldo y la confianza de un gran equipo. Continuó con dicha tarea en 2005, pero corrió el GP de San Marino debido a una lesión de Juan Pablo Montoya. Acabó tercero, por detrás de Fernando Alonso y Michael Schumacher. Williams le recuperó para la competición. Fichó por el equipo de Grove en 2006 y asistió a todas las carreras como probador. Y volvió a competir en 2007: solo puntuó tres veces, pero subió a un podio (tercero en Canadá) y estuvo a punto de conseguir otro (cuarto en Nürburgring).

Continuó como probador en Honda (2008) y al año siguiente en Brawn GP, donde contribuyó a los títulos de pilotos y constructores. Pero en 2008 empezó a competir seriamente en el mundo de la resistencia, como piloto oficial de Peugeot. Los resultados fueron variados: quinto en Le Mans en 2008, victoria en 2009 (junto a Marc Gené y David Brabham). En 2010 ganó las 12 horas de Sebring (con Gené y Anthony Davidson) y en 2011, el Petit Le Mans con Stéphane Sarrazin y Franck Montagny, pero en las 24 horas la suerte le fue esquiva: abandono en 2010 y cuarto en 2011, con salida de pista incluida. La retirada de Peugeot no le cogió desprevenido, porque firmó con Toyota para ser uno de sus pilotos en 2012, en la vuelta de la marca japonesa a la resistencia.

Después de ganar con Peugeot el ILMC, la copa de resistencia de la FIA, Alex Wurz sigue activo. Además de ser piloto de Toyota, es el responsable de la Academia de Jóvenes Pilotos de la FIA, donde prepara a los pilotos seleccionados junto a Robert Reid, copiloto de rallies. Y también está en Williams como "mentor", para ayudar a los pilotos del equipo, Pastor Maldonado y Bruno Senna. Con 38 años cumplidos hace poco, Wurz no para y seguirá un año más al pie del cañón, en Le Mans y donde haga falta.

Y el sábado en "Los hombres tienen nombre", Sébastien Bourdais, el francés que hace las Américas.

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