Los accidentes se asumen como un hecho normal en el automovilismo de élite. Aquellos más espectaculares o en los que hay víctimas mortales reciben mayor cobertura por parte de los medios de comunicación, ya sea por curiosidad, espectacularidad o puro morbo. Pero aunque el piloto no pierda la vida, las lesiones pueden aparecer si el incidente es grave (por chocar contra un rival o un muro a alta velocidad). El hombre del que vamos a hablar hoy sobrevivió a un accidente escalofriante, que es mejor no ver. Y no solo salió de él, sino que además volvió a competir con éxito, un hecho que bien podría considerarse un milagro.
Alessandro Zanardi nació en Bolonia en 1966. No empezó a competir en karts hasta los 13 años, pero no le costó nada adaptarse a esos pequeños vehículos. Los resultados más destacables fueron un tercer puesto en el campeonato europeo por equipos (representando a San Marino) en 1984, dos campeonatos de Italia de 100cc consecutivos en 1985 y 1986 y el campeonato europeo de 135cc en 1987.
La Fórmula 3 de su país fue su hogar durante tres años: solo sumó dos puntos en 1988, pero logró tres podios y dos pole position para el equipo Erre Tre Racing en 1989, año en el que acabó en la séptima posición; también fue séptimo en la Copa Europea de F3 en Misano, y abandonó en los GP de Mónaco y Macao. La temporada siguiente no ganó el título por tres puntos ante Roberto Colciago, a pesar de vencer en dos carreras y subir seis veces al podio con el equipo RC Motorsport, con el cual ganó la Copa Europea en Le Mans, además de ser séptimo en Macao y abandonar desde la pole position en Mónaco.
El equipo Benetton ya se había fijado en Zanardi y en sus actuaciones y lo fichó para Il Barone Rampante, su equipo de Fórmula 3000, que debutaba en la categoría en 1991. Pero nada fue impedimento. Dos victorias, tres pole position y tres vueltas rápidas le sirvieron para conseguir el subcampeonato, ya que sufrió cuatro abandonos por problemas mecánicos. En ese mismo año ganó probó su primer coche de Fórmula 1, un Footwork. Y también sustituyó a Roberto Moreno en el equipo Minardi, consiguiendo dos novenas posiciones (España y Australia).
Sin volantes por falta de patrocinadores, el piloto italiano probó para Benetton y corrió tres carreras con Minardi en 1992 como sustituto de Christian Fittipaldi, pero no se clasificó para dos de ellas. Los dos años siguientes fueron los últimos del mítico equipo Lotus, y Zanardi no lo tuvo fácil para mantenerse al margen de los problemas. El primer punto llegó en 1993, año que se vio interrumpido por un accidente a la salida de Eau Rouge. Con la experiencia llevada a cabo para crear un nuevo suelo, Lotus siguió con él en 1994 pero no sumó puntos. Lotus se disolvió a finales de esa temporada y Zanardi se vio obligado a competir en la BPR Global GT Series, ganando una carrera con un Lotus Esprit en la categoría de GT3.
Alex Zanardi dio un cambio radical en 1996, cuando firmó con el equipo Chip Ganassi de la Champ Car. Su balance fue de tres victorias, seis pole position y seis vueltas rápidas, pero acabó tercero por culpa de las múltiples retiradas. Su victoria en Laguna Seca y su celebración haciendo círculos en forma de donut sobre los circuitos lo hicieron popular. Zanardi triunfó, ya que se llevó un merecido bicampeonato con Ganassi: cinco victorias, cuatro pole position y seis vueltas rápidas en 1997 y un dominio aplastante en 1998, con siete victorias, quince podios y cinco vueltas rápidas. A pesar de la enorme popularidad, el piloto de Bolonia decidió formar parte del truque entre Ganassi y Williams, que llevó a Juan Pablo Montoya a Estados Unidos y a Zanardi de vuelta a Europa.
La Fórmula 1 le volvió a recibir con los brazos abiertos para la temporada 1999. Pero lo que iba a ser un regreso triunfal y prometedor se convirtió en una mala temporada, llena de salidas de pista, roturas mecánicas y accidentes variados. Mientras su compañero Ralf Schumacher logrba tres podios y 35 puntos, Zanardi acumuló una mala suerte increíble, sumando diez abandonos y cero puntos. Liberado del contrato que le unía a Williams, se pasó el año 2000 probando el coche del equipo de Mo Nunn, ex ingeniero suyo en Ganassi que probó a ser jefe de su propio equipo. Tony Kanaan había sufrido con el monoplaza toda la temporada y Zanardi decidió esperar al año siguiente, para ser compañero del brasileño.
2001 tampoco tuvo un balance bueno en el aspecto deportivo. Kanaan rondaba los primeros diez puestos en buena parte de las carreras, pero Zanardi solo logró un cuarto, un séptimo y un noveno puesto antes de que la Champ Car se dirigiera a Europa en una semana negra de mediados de septiembre: el miércoles 11, Al-Qaeda atacó las Torres Gemelas de Nueva York, poniendo en aprietos y llenando de preocupación a los americanos que estaban en Lausitzring. Y el domingo 15 Zanardi se puso líder cuando, saliendo de boxes después de su última parada, perdió el control, entró en la pista cruzado y fue embestido por Alex Tagliani.
Todos se temieron lo peor, pero una intervención de urgencia por parte del personal médico acabó siendo clave para salvar la vida de Zanardi, cuyas piernas tuvieron que ser amputadas. El italiano perdió casi toda la sangre de su cuerpo, pero después de la operación su situación mejoró. Un mes y medio más tarde dejó el hospital con 15 operaciones a sus espaldas. Después de un 2002 relajado, en el que disfrutó de los placeres familiares con su mujer y su hijo, pidió dar las 13 vueltas que le faltaban en 2003, menos de dos años después del accidente. Y las dio, estableciendo un tiempo que le habría servido para salir en la quinta posición en la carrera del mismo fin de semana, mediante un acelerador y un freno que se podían manipular con la mano.
A partir de 2003 empezó su relación con Roberto Ravaglia, leyenda de los turismos y propietario de uno de los principales equipos de BMW. Participó en la cita de Monza del Europeo de Turismos, sumando un abandono y una séptima posición. Y siguió durante toda la temporada 2004, en la que acabó decimoquinto gracias a algunos puntos y pocos abandonos. 2005 fue el año en el que se buscó más trabajo: además de participar en el nuevo Mundial de Turismos, ganando la segunda carrera en Oschersleben, acabó tercero en la Copa Europea de Turismos celebrada en Estoril (ganó la primera carrera y acabó séptimo en la segunda), por detrás de Richard Göransson y Jason Plato; y también ganó el Campeonato Italiano de Turismos, con ocho victorias en diez carreras.
Ya en 2006, el Mundial fue el gran objetivo del año. Solo disputó cuatro carreras del Campeonato Italiano, y en la Copa Europea (en Estoril) logró un cuarto puesto y un abandono. Alex Zanardi siguió cuatro años más en el WTCC, cosechando todo tipo de resultados. Tres podios, incluyendo una victoria, en 2006. Una tercera posición y pocos puntos en 2007. Tres podios con victoria incluida y un gran fin de semana en Brno (primero y segundo) en 2008. Y otra victoria y más puntos en 2009. Al final, acabó décimo, undécimo, decimoquinto, decimotercero y duodécimo en sus cinco años con Ravaglia y BMW.
Desde entonces no ha vuelto a competir, un hecho que extraña, debido a su fuerte carácter competitivo. Sea como sea, aunque no vuelva a correr en coches, Alessandro Zanardi dio una lección de pilotaje en Estados Unidos. Pero después de ganar la batalla a la muerte, el piloto de Bolonia se ha ganado un hueco en el corazón de mucha gente, ya que pocos lucharían con tanto tesón por seguir haciendo aquello que aman. Hechos como la recuperación de Zanardi hacen que la realidad supere a la ficción, por muy bonita que esta sea.
Y el próximo viernes en "Los hombres tienen nombre", Oriol Servià, un europeo al estilo americano.
Alessandro Zanardi nació en Bolonia en 1966. No empezó a competir en karts hasta los 13 años, pero no le costó nada adaptarse a esos pequeños vehículos. Los resultados más destacables fueron un tercer puesto en el campeonato europeo por equipos (representando a San Marino) en 1984, dos campeonatos de Italia de 100cc consecutivos en 1985 y 1986 y el campeonato europeo de 135cc en 1987.
La Fórmula 3 de su país fue su hogar durante tres años: solo sumó dos puntos en 1988, pero logró tres podios y dos pole position para el equipo Erre Tre Racing en 1989, año en el que acabó en la séptima posición; también fue séptimo en la Copa Europea de F3 en Misano, y abandonó en los GP de Mónaco y Macao. La temporada siguiente no ganó el título por tres puntos ante Roberto Colciago, a pesar de vencer en dos carreras y subir seis veces al podio con el equipo RC Motorsport, con el cual ganó la Copa Europea en Le Mans, además de ser séptimo en Macao y abandonar desde la pole position en Mónaco.
El equipo Benetton ya se había fijado en Zanardi y en sus actuaciones y lo fichó para Il Barone Rampante, su equipo de Fórmula 3000, que debutaba en la categoría en 1991. Pero nada fue impedimento. Dos victorias, tres pole position y tres vueltas rápidas le sirvieron para conseguir el subcampeonato, ya que sufrió cuatro abandonos por problemas mecánicos. En ese mismo año ganó probó su primer coche de Fórmula 1, un Footwork. Y también sustituyó a Roberto Moreno en el equipo Minardi, consiguiendo dos novenas posiciones (España y Australia).
Sin volantes por falta de patrocinadores, el piloto italiano probó para Benetton y corrió tres carreras con Minardi en 1992 como sustituto de Christian Fittipaldi, pero no se clasificó para dos de ellas. Los dos años siguientes fueron los últimos del mítico equipo Lotus, y Zanardi no lo tuvo fácil para mantenerse al margen de los problemas. El primer punto llegó en 1993, año que se vio interrumpido por un accidente a la salida de Eau Rouge. Con la experiencia llevada a cabo para crear un nuevo suelo, Lotus siguió con él en 1994 pero no sumó puntos. Lotus se disolvió a finales de esa temporada y Zanardi se vio obligado a competir en la BPR Global GT Series, ganando una carrera con un Lotus Esprit en la categoría de GT3.
Alex Zanardi dio un cambio radical en 1996, cuando firmó con el equipo Chip Ganassi de la Champ Car. Su balance fue de tres victorias, seis pole position y seis vueltas rápidas, pero acabó tercero por culpa de las múltiples retiradas. Su victoria en Laguna Seca y su celebración haciendo círculos en forma de donut sobre los circuitos lo hicieron popular. Zanardi triunfó, ya que se llevó un merecido bicampeonato con Ganassi: cinco victorias, cuatro pole position y seis vueltas rápidas en 1997 y un dominio aplastante en 1998, con siete victorias, quince podios y cinco vueltas rápidas. A pesar de la enorme popularidad, el piloto de Bolonia decidió formar parte del truque entre Ganassi y Williams, que llevó a Juan Pablo Montoya a Estados Unidos y a Zanardi de vuelta a Europa.
La Fórmula 1 le volvió a recibir con los brazos abiertos para la temporada 1999. Pero lo que iba a ser un regreso triunfal y prometedor se convirtió en una mala temporada, llena de salidas de pista, roturas mecánicas y accidentes variados. Mientras su compañero Ralf Schumacher logrba tres podios y 35 puntos, Zanardi acumuló una mala suerte increíble, sumando diez abandonos y cero puntos. Liberado del contrato que le unía a Williams, se pasó el año 2000 probando el coche del equipo de Mo Nunn, ex ingeniero suyo en Ganassi que probó a ser jefe de su propio equipo. Tony Kanaan había sufrido con el monoplaza toda la temporada y Zanardi decidió esperar al año siguiente, para ser compañero del brasileño.
2001 tampoco tuvo un balance bueno en el aspecto deportivo. Kanaan rondaba los primeros diez puestos en buena parte de las carreras, pero Zanardi solo logró un cuarto, un séptimo y un noveno puesto antes de que la Champ Car se dirigiera a Europa en una semana negra de mediados de septiembre: el miércoles 11, Al-Qaeda atacó las Torres Gemelas de Nueva York, poniendo en aprietos y llenando de preocupación a los americanos que estaban en Lausitzring. Y el domingo 15 Zanardi se puso líder cuando, saliendo de boxes después de su última parada, perdió el control, entró en la pista cruzado y fue embestido por Alex Tagliani.
Todos se temieron lo peor, pero una intervención de urgencia por parte del personal médico acabó siendo clave para salvar la vida de Zanardi, cuyas piernas tuvieron que ser amputadas. El italiano perdió casi toda la sangre de su cuerpo, pero después de la operación su situación mejoró. Un mes y medio más tarde dejó el hospital con 15 operaciones a sus espaldas. Después de un 2002 relajado, en el que disfrutó de los placeres familiares con su mujer y su hijo, pidió dar las 13 vueltas que le faltaban en 2003, menos de dos años después del accidente. Y las dio, estableciendo un tiempo que le habría servido para salir en la quinta posición en la carrera del mismo fin de semana, mediante un acelerador y un freno que se podían manipular con la mano.
A partir de 2003 empezó su relación con Roberto Ravaglia, leyenda de los turismos y propietario de uno de los principales equipos de BMW. Participó en la cita de Monza del Europeo de Turismos, sumando un abandono y una séptima posición. Y siguió durante toda la temporada 2004, en la que acabó decimoquinto gracias a algunos puntos y pocos abandonos. 2005 fue el año en el que se buscó más trabajo: además de participar en el nuevo Mundial de Turismos, ganando la segunda carrera en Oschersleben, acabó tercero en la Copa Europea de Turismos celebrada en Estoril (ganó la primera carrera y acabó séptimo en la segunda), por detrás de Richard Göransson y Jason Plato; y también ganó el Campeonato Italiano de Turismos, con ocho victorias en diez carreras.
Ya en 2006, el Mundial fue el gran objetivo del año. Solo disputó cuatro carreras del Campeonato Italiano, y en la Copa Europea (en Estoril) logró un cuarto puesto y un abandono. Alex Zanardi siguió cuatro años más en el WTCC, cosechando todo tipo de resultados. Tres podios, incluyendo una victoria, en 2006. Una tercera posición y pocos puntos en 2007. Tres podios con victoria incluida y un gran fin de semana en Brno (primero y segundo) en 2008. Y otra victoria y más puntos en 2009. Al final, acabó décimo, undécimo, decimoquinto, decimotercero y duodécimo en sus cinco años con Ravaglia y BMW.
Desde entonces no ha vuelto a competir, un hecho que extraña, debido a su fuerte carácter competitivo. Sea como sea, aunque no vuelva a correr en coches, Alessandro Zanardi dio una lección de pilotaje en Estados Unidos. Pero después de ganar la batalla a la muerte, el piloto de Bolonia se ha ganado un hueco en el corazón de mucha gente, ya que pocos lucharían con tanto tesón por seguir haciendo aquello que aman. Hechos como la recuperación de Zanardi hacen que la realidad supere a la ficción, por muy bonita que esta sea.
Y el próximo viernes en "Los hombres tienen nombre", Oriol Servià, un europeo al estilo americano.
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