Los países tradicionales están perdiendo en los tiempos que corren. Como ya sabemos, el motor es un deporte caro y lo es más en época de crisis. El dinero brilla por su ausencia, los patrocinadores no quieren dar su apoyo ni siquiera en la Fórmula 1 (donde el beneficio está casi garantizado), y aunque la situación económica es mala, las categorías intentan mantener la calidad y los bajos costes, un hecho difícil pero no imposible. El descenso en las inscripciones de los campeonatos (sobre todo de la Fórmula 3 Euroseries y del Mundial de Turismos) demuestra como está el panorama de cara a los próximos años, aunque en Europa se ha visto un aumento en la presencia de pilotos de países no habituales como Venezuela, Rusia o India, con unas economías que no notan tanto la falta de dinero.
Sin embargo, todo lo relacionado con la Fórmula 1 no puede evitar encarecerse, sea por el dinero que piden las escuderías, por las ansias de Bernie Ecclestone, o por esos pequeños agujeros que se amplían si no se tapan a tiempo. Una de las principales víctimas es la GP2: la llamada "Feeder Series", que debería ayudar a los jóvenes a demostrar su talento y a conseguir un volante más fácilmente, se ha convertido en una especie de laboratorio de exhibición, en el que solo los pilotos con mucho dinero o los increíblemente buenos aspiran a subir a la Fórmula 1. Los que solo son buenos se mantienen durante unas dos o tres temporadas, hasta que pierden el asiento. A pesar de ser haber probado para uno de los principales equipos de la F1, nuestro hombre de hoy se ha quedado sin volante por el momento.
Nacido en Roehampton (afueras de Londres) en 1987, Sam Bird es la actual promesa llamada a suceder los grandes pilotos, un papel que en Gran Bretaña ha pasado de un hombre a otro. La última promesa de gran piloto fue Jenson Button, que llegó a la cima un poco más tarde que su compatriota y compañero de equipo Lewis Hamilton. Bird comenzó su carrera en el karting, pero entre 1997 y 2003, los años en los que estuvo en la disciplina, no obtuvo grandes logros. Su mejor resultado fue un cuarto puesto en la Copa Garda (certamen único) en 2002, además de acceder a la Final Europea en su categoría y de ser noveno en el campeonato británico en el año 2003.
Gracias a una beca, Sam Bird pudo debutar en los monoplazas en 2004, año en el que la Fórmula BMW llegó al Reino Unido. El inglés compitió en la temporada de debut de la categoría con el siempre importante equipo Carlin Motorsport. Y no lo hizo mal, ya que finalizó en la decimocuarta posición absoluta y acabó segundo en la copa de los debutantes, sumando tres victorias y diez podios en total. Pero la cosecha fue más fructífera en 2005: Bird fue subcampeón de la F-BMW británica, logrando seis victorias (cinco de ellas consecutivas), nueve pole position y doce podios con Fortec Motorsport; acabó a tres puntos del campeón, Dean Smith. También participó en la Final Mundial, disputada en Baréin y donde acabó cuarto, por detrás de Marco Holzer, Sébastien Buemi y Nico Hülkenberg.
En 2006 Bird siguió en las filas del equipo Fortec, pero cambió de categoría, marchándose a la Fórmula Renault 2.0 británica. El piloto de Roehampton volvió a ser rápido desde el principio y logró cuatro victorias, siete pole position y cinco vueltas rápidas. Pero su falta de regularidad le impidió luchar por un campeonato que se llevó Sebastian Hohental, por delante de Patrick Hogan y Cong Fu Cheng. Bird fue cuarto, siendo el primer británico clasificado y entró en la lista de pilotos nominados al premio de McLaren, Autosport y el BRDC por segunda vez, aunque ganó el premio a mejor piloto de "club" del año.
La Fórmula 3 era la única categoría que le faltaba por correr en su país y compitió en ella en 2007, de nuevo con el equipo Carlin. En una temporada ensombrecida por la superioridad de Marko Asmer, Sam Bird fue rookie del año, igual que en la F-Renault. Dos victorias y diez podios le ayudaron a finalizar cuarto, por detrás de Asmer, Maro Engel y Stephen Jelley. También obtuvo dos resultados irregulares en las dos carreras destacadas de Fórmula 3: acabó vigésimo séptimo (y doblado) en el Masters, celebrado en Zolder, pero fue sexto en Macao. Ese mismo año firmó un contrato de patrocinio con BP y probó el Williams, haciendo pruebas aerodinámicas durante cuatro días.
La temporada 2008 representó un cambio. Debutante en la exigente Fórmula 3 Euroseries, el piloto inglés no lo tuvo fácil en el equipo Manor. Solo abandonó tres veces y puntuó en otras cinco. Dos segundas posiciones a final de temporada le dejaron en el undécimo puesto. En las carreras aisladas hubo contrastes: salió vigésimo segundo y acabó séptimo en el Masters, pero abandonó en Macao desde la primera fila de parrilla. Volvió en 2009, esta vez con Mücke, pero se vio eclipsado por su compañero Christian Vietoris. Bird consiguió cuatro podios y una pole position, pero acabó en la octava posición. También fue octavo en el Masters (que volvió a Zandvoort) y tercero en Macao, tras Edoardo Mortara y Jean-Karl Vernay. Y participó en la cita de la F3 británica en el Algarve, logrando un abandono y un segundo puesto con Fortec.
El salto de calidad para Sam Bird llegó en 2010, cuando llegó a la GP2 de la mano de ART, equipo con el que corrió en Macao en 2009 (acabando tercero) y que ya le había echado el ojo. En la GP2 Asia acabó séptimo, con un podio en Baréin como mejor resultado. Y en Europa los resultados fueron mucho mejores. tanto Bird como su compañero Jules Bianchi estuvieron en la zona de arriba desde el principio y lograron buenos resultados. Bianchi subió al podio varias veces y acabó tercero, por detrás de Pastor Maldonado y de Sergio Pérez, mientras que Bird hizo la pole position en Hungaroring y ganó en Monza, con vuelta rápida incluida. El balance final para Sam Bird fue de una victoria, una pole position y cuatro vueltas rápidas, que le ayudaron a finalizar el año en la quinta posición.
Después de ceder su asiento a Esteban Gutiérrez, Bird se fue al equipo iSport en 2011, pero la irregularidad impidió un mejor final de año. Fue duodécimo en Asia, pero en Europa empezó bien, sumando tres podios consecutivos y situándose en cabeza del campeonato después de Mónaco, a pesar de estrellarse en el Principado después de salir desde la pole position. Pero el inglés ya no volvió a subir al podio y eso le alejó de la lucha por un título que ganó Romain Grosjean con autoridad. Al final acabó sexto.
Sam Bird no mantuvo una regularidad que en la GP2 es esencial para optar a la victoria en el campeonato. Ese hecho le ha costado el asiento en beneficio de su compatriota Jolyon Palmer, hijo del ex piloto de Fórmula 1 Jonathan Palmer y que ya corrió en GP2 en 2011 con el equipo Arden, además de disputar la carrera de exhibición de Abu Dabi con el equipo Barwa Addax. Bird ha demostrado que con un buen volante puede optar a llegar a lo más alto, pero no ha sido suficiente para mantener su asiento. Pero aun quedan mucho asientos libres en la GP2 de cara al año entrante, así que no sería extraño ver al piloto de Roehampton en las parrillas en 2012, además de probar para Mercedes, tarea que ha desarrollado las dos últimas temporadas.
Y el próximo viernes en "Los hombres tienen nombre", Kevin Korjus, la revelación estonia.
Sin embargo, todo lo relacionado con la Fórmula 1 no puede evitar encarecerse, sea por el dinero que piden las escuderías, por las ansias de Bernie Ecclestone, o por esos pequeños agujeros que se amplían si no se tapan a tiempo. Una de las principales víctimas es la GP2: la llamada "Feeder Series", que debería ayudar a los jóvenes a demostrar su talento y a conseguir un volante más fácilmente, se ha convertido en una especie de laboratorio de exhibición, en el que solo los pilotos con mucho dinero o los increíblemente buenos aspiran a subir a la Fórmula 1. Los que solo son buenos se mantienen durante unas dos o tres temporadas, hasta que pierden el asiento. A pesar de ser haber probado para uno de los principales equipos de la F1, nuestro hombre de hoy se ha quedado sin volante por el momento.
Nacido en Roehampton (afueras de Londres) en 1987, Sam Bird es la actual promesa llamada a suceder los grandes pilotos, un papel que en Gran Bretaña ha pasado de un hombre a otro. La última promesa de gran piloto fue Jenson Button, que llegó a la cima un poco más tarde que su compatriota y compañero de equipo Lewis Hamilton. Bird comenzó su carrera en el karting, pero entre 1997 y 2003, los años en los que estuvo en la disciplina, no obtuvo grandes logros. Su mejor resultado fue un cuarto puesto en la Copa Garda (certamen único) en 2002, además de acceder a la Final Europea en su categoría y de ser noveno en el campeonato británico en el año 2003.
Gracias a una beca, Sam Bird pudo debutar en los monoplazas en 2004, año en el que la Fórmula BMW llegó al Reino Unido. El inglés compitió en la temporada de debut de la categoría con el siempre importante equipo Carlin Motorsport. Y no lo hizo mal, ya que finalizó en la decimocuarta posición absoluta y acabó segundo en la copa de los debutantes, sumando tres victorias y diez podios en total. Pero la cosecha fue más fructífera en 2005: Bird fue subcampeón de la F-BMW británica, logrando seis victorias (cinco de ellas consecutivas), nueve pole position y doce podios con Fortec Motorsport; acabó a tres puntos del campeón, Dean Smith. También participó en la Final Mundial, disputada en Baréin y donde acabó cuarto, por detrás de Marco Holzer, Sébastien Buemi y Nico Hülkenberg.
En 2006 Bird siguió en las filas del equipo Fortec, pero cambió de categoría, marchándose a la Fórmula Renault 2.0 británica. El piloto de Roehampton volvió a ser rápido desde el principio y logró cuatro victorias, siete pole position y cinco vueltas rápidas. Pero su falta de regularidad le impidió luchar por un campeonato que se llevó Sebastian Hohental, por delante de Patrick Hogan y Cong Fu Cheng. Bird fue cuarto, siendo el primer británico clasificado y entró en la lista de pilotos nominados al premio de McLaren, Autosport y el BRDC por segunda vez, aunque ganó el premio a mejor piloto de "club" del año.
La Fórmula 3 era la única categoría que le faltaba por correr en su país y compitió en ella en 2007, de nuevo con el equipo Carlin. En una temporada ensombrecida por la superioridad de Marko Asmer, Sam Bird fue rookie del año, igual que en la F-Renault. Dos victorias y diez podios le ayudaron a finalizar cuarto, por detrás de Asmer, Maro Engel y Stephen Jelley. También obtuvo dos resultados irregulares en las dos carreras destacadas de Fórmula 3: acabó vigésimo séptimo (y doblado) en el Masters, celebrado en Zolder, pero fue sexto en Macao. Ese mismo año firmó un contrato de patrocinio con BP y probó el Williams, haciendo pruebas aerodinámicas durante cuatro días.
La temporada 2008 representó un cambio. Debutante en la exigente Fórmula 3 Euroseries, el piloto inglés no lo tuvo fácil en el equipo Manor. Solo abandonó tres veces y puntuó en otras cinco. Dos segundas posiciones a final de temporada le dejaron en el undécimo puesto. En las carreras aisladas hubo contrastes: salió vigésimo segundo y acabó séptimo en el Masters, pero abandonó en Macao desde la primera fila de parrilla. Volvió en 2009, esta vez con Mücke, pero se vio eclipsado por su compañero Christian Vietoris. Bird consiguió cuatro podios y una pole position, pero acabó en la octava posición. También fue octavo en el Masters (que volvió a Zandvoort) y tercero en Macao, tras Edoardo Mortara y Jean-Karl Vernay. Y participó en la cita de la F3 británica en el Algarve, logrando un abandono y un segundo puesto con Fortec.
El salto de calidad para Sam Bird llegó en 2010, cuando llegó a la GP2 de la mano de ART, equipo con el que corrió en Macao en 2009 (acabando tercero) y que ya le había echado el ojo. En la GP2 Asia acabó séptimo, con un podio en Baréin como mejor resultado. Y en Europa los resultados fueron mucho mejores. tanto Bird como su compañero Jules Bianchi estuvieron en la zona de arriba desde el principio y lograron buenos resultados. Bianchi subió al podio varias veces y acabó tercero, por detrás de Pastor Maldonado y de Sergio Pérez, mientras que Bird hizo la pole position en Hungaroring y ganó en Monza, con vuelta rápida incluida. El balance final para Sam Bird fue de una victoria, una pole position y cuatro vueltas rápidas, que le ayudaron a finalizar el año en la quinta posición.
Después de ceder su asiento a Esteban Gutiérrez, Bird se fue al equipo iSport en 2011, pero la irregularidad impidió un mejor final de año. Fue duodécimo en Asia, pero en Europa empezó bien, sumando tres podios consecutivos y situándose en cabeza del campeonato después de Mónaco, a pesar de estrellarse en el Principado después de salir desde la pole position. Pero el inglés ya no volvió a subir al podio y eso le alejó de la lucha por un título que ganó Romain Grosjean con autoridad. Al final acabó sexto.
Sam Bird no mantuvo una regularidad que en la GP2 es esencial para optar a la victoria en el campeonato. Ese hecho le ha costado el asiento en beneficio de su compatriota Jolyon Palmer, hijo del ex piloto de Fórmula 1 Jonathan Palmer y que ya corrió en GP2 en 2011 con el equipo Arden, además de disputar la carrera de exhibición de Abu Dabi con el equipo Barwa Addax. Bird ha demostrado que con un buen volante puede optar a llegar a lo más alto, pero no ha sido suficiente para mantener su asiento. Pero aun quedan mucho asientos libres en la GP2 de cara al año entrante, así que no sería extraño ver al piloto de Roehampton en las parrillas en 2012, además de probar para Mercedes, tarea que ha desarrollado las dos últimas temporadas.
Y el próximo viernes en "Los hombres tienen nombre", Kevin Korjus, la revelación estonia.