sábado, 3 de diciembre de 2011

Los hombres tienen nombre: Robert Kubica

Ante todo, pedir de disculpas de antemano. Este artículo se publica hoy sábado 3 de diciembre, ya que ayer viernes día 2 fue mi cumpleaños.

Varias veces se ha comentado el hecho de que el automovilismo es un deporte de riesgo. Las cámaras on board actuales distorsionan la sensación de rapidez en el coche, sobre todo en la Fórmula 1. Dan la impresión de que conducir un coche a alta velocidad es fácil, pero no se descubre la dificultad de la tarea hasta que la persona no puede probar uno de estos vehículos. El mundo gira a otro nivel, es por ello que no todas las personas pueden ser pilotos. Nuestro hombre de hoy ha sobrevivido a tres graves accidentes, no todos pueden decir lo mismo. Y es otro ejemplo de coraje y de valentía, que aunque no se quiera se puede comparar con el de Alex Zanardi.

Nacido en Cracovia en 1984, Robert Kubica es uno de los pocos pilotos apasionados por el mundo del motor que existen en el paddock de la Fórmula 1. Empezó compitiendo en el Campeonato Polaco de karts, ganando seis títulos entre 1995 y 1997. Al año siguiente se trasladó a Italia, donde no tardó en demostrar su potencial: se proclamó campeón italiano junior, siendo el primer piloto foráneo en conseguir el título; también fue subcampeón europeo y ganó la famosa Copa de Mónaco. En 1999 Kubica lo ganó casi todo como júnior. Acabó quinto en el campeonato de Europa, pero ganó el campeonato alemán y revalidó el título italiano. Dos cuartos puestos en el Mundial y el Europeo del año 2000 culminaron su trayectoria en los karts.

Los primeros contactos de Kubica con los monoplazas llegaron en 2001, cuando corrió la Fórmula Renault 2000 Eurocup (la actual Eurocopa 2.0). Aunque acabó decimocuarto, hizo la pole position en el A1-Ring y fue segundo en Estoril. También compitió en cinco carreras de la FR2000 italiana, siendo decimotercero con un podio y una vuelta rápida. Ambos campeonatos los corrió con el equipo RC Motorsport. Repitió con dicho equipo en 2002, corriendo los mismos campeonatos y logrando mejores resultados, bajo la disciplina del programa de jóvenes pilotos de Renault: séptimo en la Eurocopa, con dos podios y una pole position y subcampeón en Italia, donde ganó cuatro carreras, hizo tres pole position y cinco vueltas rápidas. También corrió y ganó la última carrera del certamen brasileño de FR2000, celebrada en el circuito de Interlagos.

El siguiente paso fue la Fórmula 3 Euroseries, en 2003. Pero antes de debutar sufrió su primer golpe serio: no pudo participar en las tres primeras citas de la temporada por culpa de un accidente de tráfico, en el que se rompió el brazo. En su debut en Norisring, donde corrió con el brazo enyesado y con tornillos de titanio, logró una victoria y un segundo puesto, en la que fue una actuación encomiable. Después logró varios puntos y tres vueltas rápidas con Prema Powerteam, finalizando en la duodécima posición. Con Prema también corrió la prueba de Spa puntuable para la F3 británica: sumó una decimotercera posición y un abandono; y el Masters de Zandvoort, en el que acabó trigesimotercero. Las carreras asiáticas de F3 las disputó con el equipo Target Racing (actual BVM-Target), siendo sexto en Corea y abandonando en Macao.

Mücke Motorsport fue el equipo de Kubica en la temporada 2004. Esta vez no ganó carreras, pero sumó tres podios y mostró una regularidad poco corriente en campeonatos de Fórmula 3, que le permitió acabar en la séptima posición. Con el equipo Manor Motorsport se quedó a las puertas del éxito en Macao: salió desde la pole position e hizo la vuelta rápida pero finalizó segundo, por detrás de Alexandre Prémat. Ya en 2005, se marchó a las World Series by Renault y el cambio le fue tan bien que ganó hizo doblete con el equipo Epsilon Euskadi (pilotos y equipos). Cuatro victorias, once podios y tres pole position demostraron su gran campaña. Volvió a Macao, esta vez bajo la disciplina del equipo Carlin Motorsport, pero volvió a ser segundo, en esta ocasión por detrás de Lucas di Grassi.

Después de ser probador de Renault en 2005, Robert Kubica decidió dar un giro a su carrera y en 2006 fichó por el equipo BMW Sauber, también como piloto de pruebas. Durante los viernes en los que rodó sus actuaciones fueron buenas y BMW le acabó contratando a partir del Gran Premio de Hungría, sustituyendo a Jacques Villeneuve, que estuvo por debajo del nivel esperado y ya buscaba una salida del equipo. Descalificado en Hungría por no cumplir el peso mínimo exigido, subió al tercer puesto del podio en Monza, por detrás de Michael Schumacher y de Kimi Räikkönen. Pudo haber puntuado en China, pero una salida de pista con el circuito mojado y montando neumáticos de seco le privó de una buena posición. Al final, acabó en la decimosexta posición gracias al podio de Monza y fue confirmado para la temporada siguiente.

2007 fue un buen año para Kubica, que no quedó muy lejos en la comparativa con Nick Heidfeld, su compañero de equipo. El BMW salió bien creado y fue el tercer equipo, por detrás de McLaren y Ferrari, pero muy por delante del resto, incluso de Renault. El único punto negro de buena campaña fue el accidente de Canadá, en el que se fue recto contra un muro a 300 km/h, sufriendo una desaceleración máxima de 75 G. Pero solo se perdió la carrera de Estados Unidos y en su vuelta siguió sumando puntos. De hecho, llegó a ser situarse en la primera posición en China, pero abandonó por culpa de un problema hidráulico. Una sexta posición final no recompensó los méritos realizados.

Con el asiento asegurado por un tiempo, Robert Kubica perdió una oportunidad de oro en 2008, año en el que BMW pudo haber sorprendido a la Fórmula 1. El piloto de Cracovia logró su primera pole position en Bahrein, y después de ser segundo en Mónaco (en una carrera pasada por agua) ganó en Canadá, situándose líder del mundial. Pero después de lograr la victoria, que era el objetivo de la temporada, los BMW bajaron en su rendimiento, ya que la marca alemana decidió concentrarse en desarrollar el coche de la temporada 2009. Ese hecho dejó a Kubica con un monoplaza menos diestro en la segunda mitad de temporada, logrando tres podios más que le permitieron finalizar en la cuarta posición.

El sacrificio de desarrollo que BMW efectuó en 2008 salió fatal en 2009, año en el que Kubica y Heidfeld corrieron con un coche mal desarrollado y con una apuesta fallida por el sistema KERS. Kubica no puntuó hasta Turquía e hizo lo que pudo el resto de la temporada, aunque sumó un segundo puesto en Brasil, por detrás de Mark Webber. Acabó en la decimocuarta posición final, con Heidfeld. Debido a la retirada de BMW de la Fórmula 1 por culpa de las conjeturas económicas, Robert Kubica fichó por Renault en 2010 y pronto se convirtió en el jefe de equipo. Un poco de consistencia, tres podios y una vuelta rápida con un coche de la zona media le permitieron acabar octavo, cerca de Nico Rosberg y de Felipe Massa en la clasificación final.

De cara a 2011, Renault innovó con la introducción unos escapes que soplaban hacia dentro del coche y que le permitían ganar velocidad respecto a sus competidores, que no tardaron en copiar la idea. Kubica marcó el mejor tiempo de los entrenamientos de pretemporada en Valencia el viernes 4 de febrero. Pero el domingo 6 todo se truncó: Kubica sufrió un accidente en el rallye de Andora (Italia), donde competía por pura diversión. Lo peor no fue el accidente en sí, sino el hecho de que el guardarraíl entró en el coche y golpeó al polaco. Los médicos se plantearon amputarle el brazo derecho, pero el diagnóstico reveló fracturas en el lado derecho de tres partes del cuerpo: el codo, el hombro y la pierna.

En lugar de correr como piloto de Renault, Kubica se ha pasado todo el año 2011 recuperándose de su lesión. Después de varias operaciones, salió del hospital a mediados del mes de abril y empezó un programa de rehabilitación. El motivo por el que no compite aún es por las complicaciones que le surgieron en la mano, y que imposibilitan el pilotaje por el momento. Sustituido por Nick Heidfeld primero y Bruno Senna después en 2011, y confirmado el de Kimi Räikkönen de cara a la temporada 2012, el futuro de Robert Kubica es incierto. Es probable que vuelva a pilotar, pero quizá no en la Fórmula 1. Sea como sea, el caso de Kubica debe valorarse. Recuperarse tal y como lo hizo Zanardi en su día sería un éxito. Pero si volviese a la categoría reina sería un triunfo y un premio para todos, pero sobre todo para él.

Y la semana que viene en "Los hombres tienen nombre", Andy Soucek, un piloto ganador que no encuentra dinero.

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