2010 fue un año clave para el mundo de los coches de Gran Turismo. El pasado año la FIA sustituyó el FIA GT, un campeonato importante que había devuelto las carreras de GT al máximo nivel, para poner en marcha el Campeonato Mundial de GT1. El nuevo Mundial se convertía en el quinto Campeonato del Mundo regulado por la FIA, después del Mundial de Turismos, el de Rallyes, el de Karting y la Fórmula 1. También se conseguía crear un campeonato del mundo con coches que pudieran participar en carreras de resistencia, una cuenta pendiente desde la supresión del Mundial de Resistencia en 1992.
Este año el certamen cuenta con diez equipos de cinco marcas diferentes. Cada equipo tiene cuatro pilotos y dos coches.
Aston Martin es una de las marcas favoritas a la victoria final con el DBR9, el modelo más importante de la marca desde 2005. Después de sus buenas actuaciones en 2010, donde fueron candidatos al título, la marca británica sigue con las dos mismas estructuras que el año pasado. El equipo francés Hexis, segundo en constructores el año pasado, tiene a Clivio Piccione (ex GP2) y al prometedor Stef Dusseldorp en el primer coche; el segundo es para Andrea Piccini y Christian Hohenadel, campeón europeo de GT3 en 2010. Por su parte, el equipo alemán Fischer cuenta con Tomáš Enge, ex Fórmula 1, y Alex Müller en un coche y con Darren Turner (ex piloto de turismos) y Stefan Mücke (ex del DTM) en el otro.
Lamborghini, fabricante importante y conocido en las carreras de GT, está presente con el Murciélago, que sorprendentemente es un coche poco usado en competiciones deportivas. Por un lado, el Swiss Racing Team, que corrió con Nissan en 2010, sustituye al equipo alemán Reiter, que ha sido vendido. En las filas de la escuadra suiza se encuentran Karl Wendlinger, ex Fórmula 1, y Peter Kox, conocido piloto de turismos y GT; en el segundo coche los pilotos son Max Nilsson y Jiří Janák. Por otro lado, Münnich Motorsport ha mejorado sus pobres resultados. Dominik Schwager y Nicky Pastorelli, ex Champ Car, ocupan el primer asiento; Marc Basseng y el ex piloto del DTM Markus Winkelhock son los pilotos del segundo coche.
El Ford GT es el modelo de la marca estadounidense. Ford está representada por los dos equipos del millonario belga Marc van der Straten, que ha comprado la plaza de Matech Motorsport para esta temporada. Belgian Racing tiene un panorama caótico, ya que en cinco pruebas ha sustituido varias veces a los conductores. Diez pilotos han pasado por sus filas, entre ellos Vanina Ickx, hija del ex piloto de Fórmula 1 Jacky Ickx, y Miloš Pavlović, ex de GP2. Marc VDS Racing Team cuenta con dos coches: Bas Leinders (ex probador de Minardi), y Marc Hennerici (ganador del trofeo de Independientes del Mundial de Turismos en 2005) ocupan un volante; el segundo, lo pilotan Maxime Martin y Frédéric Makowiecki.
Chevrolet cuenta con Selleslagh Racing Team (belga) y DKR Engineering (luxemburgués) para hacer correr sus famosos Corvette en representación suya. Ambos equipos compartieron estructura en 2010, corriendo bajo el nombre Mad-Croc Racing. Como cada equipo pone un solo coche y el reglamento obliga a tener dos, sus resultados no contabilizan en el campeonato de Constructores. Por ello, los cambios de piloto son normales. En Selleslagh, Mike Hezemans, hijo de un ex piloto de rally, intenta optar al campeonato con la ayuda del joven Nick Catsburg y el ex GP2 Andreas Zuber. En el equipo DKR, los resultados no llegan, a pesar del empeño de Michaël Rossi (ex de la Eurocopa SEAT León) y de Jaime Camara (ex IndyCar).
Y por último, Nissan, que es la única marca japonesa que se ha aventurado a correr este campeonato de reciente creación, con los GT-R representados por Sumo Power, una compañía británica de tuning. En el equipo Sumo Power GT, encontramos a Enrique Bernoldi y a Ricardo Zonta, dos ex pilotos de Fórmula 1 brasileños. Sus compañeros son David Brabham, hijo del ex campeón de Fórmula 1 Jack Brabham, y Jamie Campbell-Walter. Por su parte, JR Motorsports, tiene el equipo con más nombre: Peter Dumbreck (ex piloto del DTM) y Richard Westbrook (ex campeón de la Supercopa Porsche) en un coche, Michael Krumm (con 15 años de experiencia en Japón) y Lucas Luhr (ex del DTM, cedido por Audi) en el otro.
El año pasado, Maserati también participó y contó con dos equipos alemanes para hacer correr su modelo MC12: Vitaphone, el equipo campeón de las cinco últimas ediciones del FIA GT, y Hegersport. Aunque Vitaphone volvió a ganar, se fue a la Blancpain Endurance Series, una nueva serie de resistencia. La crisis se ha hecho notar, ya que solo seis de las doce escuderías se mantienen esta temporada, que dicho sea de paso, está siendo muy igualada.
Este fin de semana, el Mundial de GT1 viene a España, concretamente al Circuito de Navarra, que se abrió el año pasado. El formato de una carrera de calificación (en la que puntúan los seis primeros) y una carrera principal (en la que puntúan los diez primeros) es atractivo para mantener un campeonato igualado, aunque confunda un poco al espectador. En la mitad del campeonato, con cinco citas disputadas y otras cinco por disputar (Navarra, Paul Ricard, Ordos, Curitiba y Potrero de los Funes), Krumm y Luhr (Nissan) son líderes con tres puntos de ventaja sobre Basseng/Winkelhock (Lamborghini), nueve sobre Hohenadel/Piccini, catorce sobre Piccione/Dusseldorp, otros catorce sobre Turner/Mücke y diecisiete sobre Enge/Müller (las cuatro parejas de Aston Martin).
Aunque los circuitos no se llenen, el Mundial de GT1 es un experimento que tiene éxito y que sirve para añadir circuitos que no estarían en la Fórmula 1. Sin duda, el campeonato es uno de los últimos éxitos de la FIA y será mejor que se mantenga en pie unos años, los GT dan mucho empleo y más oportunidades a otros pilotos y son una disciplina muy importante en el automovilismo.