viernes, 16 de septiembre de 2011

Los hombres tienen nombre: Christian Bakkerud

Más de una vez se ha mencionado que la preparación de un piloto profesional no es fácil. Ser piloto implica capacidad de sacrificio, una extremada preparación física, una resistencia mental considerable y muchas ganas de ganar, de llegar a lo más alto: la consecución de un título, algo a lo que pocos llegan en comparación con los que se quedan en el camino. Pero existe una cualidad sin la que las personas no pueden  prepararse ni sobrevivir; es la vida. Antiguamente, los pilotos de competición competían sabiendo que había una alta probabilidad de morir en un accidente. Hoy en día las medidas de seguridad en los circuitos son mucho mejores. Pero en las carreteras aún existen puntos negros. El hombre del que vamos a hablar hoy tuvo la mala suerte de irse demasiado joven, por culpa de uno de esos dichosos puntos.

Christian Bakkerud nació en Copenhague en 1984. Los karts fueron su categoría de iniciación en el automovilismo, e hizo buenas actuaciones en las copas italianas y nórdicas, aunque sin ganar trofeos. Su debut en monoplazas se produjo en la Fórmula BMW alemana, en 2002. En las filas del equipo VIVA Racing, la mejor cita de la temporada fue la primera, en Hockenheim, y se saldó con un sexto y un tercer puesto. Solo puntuó cuatro veces más y se conformó con la decimoquinta posición final. Siguió en la misma categoría en 2003, pero a pesar de recalar en el equipo Rosberg solo sumó cinco puntos y acabó vigesimocuarto. El año 2004 fue importante y supuso el gran cambio de su carrera. Bakkerud se marchó a Inglaterra, pero no cambió de disciplina y compitió en la Fórmula BMW. En las Islas logró más que en sus dos años en Alemania, ya que finalizó la temporada en la undécima posición, con tres podios en su haber.

En 2005 se pasó a la Fórmula 3 británica, y lo hizo con el equipo Carlin, para quien ya había competido en la Fórmula BMW británica. Sus actuaciones no fueron malas: acabó la temporada séptimo, con cuatro podios (un segundo y tres terceros puestos), pero acabó muy por detrás de sus compañeros Álvaro Parente y Charlie Kimball, campeón y subcampeón respectivamente. En cuanto a las carreras internacionales, fue séptimo en Macao y abandonó en el Masters. Siguió en la Fórmula 3 en 2006, pero la historia se repitió. Aunque ganó su primera carrera (en Mugello), Bakkerud finalizó sexto, con cinco podios y por detrás de sus nuevos compañeros, Maro Engel y Oliver Jarvis. También corrió el Masters, donde acabó en una discreta decimosexta posición.

Gracias al dinero de sus patrocinadores, Christian Bakkerud saltó a la GP2 en 2007, dentro del equipo DPR. Pero el año del piloto de Copenhague fue un desastre, en el que se vio superado constantemente por Andy Soucek, su compañero de equipo. No se acercó a la zona de puntos, ya que tres duodécimas posiciones fueron su mejor resultado y acabó trigésimo cuarto, siendo el último piloto clasificado dentro de los que disputaron la temporada completa. En 2008 se marchó al equipo Super Nova. Empezó en la GP2 Asia, donde abandonó en seis carreras y consiguió un noveno puesto; acabó vigesimoséptimo, sin puntuar.

A partir de ahí comenzaron los problemas para el danés. En la primera cita en Montmeló colisionó en la salida y se le agravó una lesión en la espalda, que arrastraba desde que dio sus primeros pasos como piloto profesional. Andy Soucek le sustituyó en Turquía, hasta que Bakkerud volvió a pilotar en Mónaco. En el Principado fue décimo en la primera carrera, mientras que en la segunda abandonó después de chocar con Kamui Kobayashi en la primera curva. El coche voló unos metros pero el piloto no tuvo problemas en salir del coche ni notó nada extraño. Pero unos días más tarde, en una sesión de pruebas en Paul Ricard, la lesión empeoró y Bakkerud se vio obligado a dejar de correr esa temporada, aconsejado por sus médicos. Dejó el asiento libre para que Soucek lo pilotara hasta final de año.

Después de una ausencia de medio año, Christian Bakkerud firmó un contrato como piloto oficial de Audi y se marchó al DTM en 2009. Pero no pudo demostrar su competitividad, ya que corrió para el equipo de Colin Kolles, con un coche de dos años de antigüedad; Bakkerud acabó penúltimo, sumando una duodécima posición como mejor resultado. Las carreras de resistencia fueron su cometido más importante. Con Kolles repitiendo como jefe de equipo, compitió en Europa y en Asia con un Audi R10 del año anterior. En las Le Mans Series, logró ser séptimo en Spa y quinto en Silverstone, formando equipo con Christijan Albers y Giorgio Mondini; mientras que en las Asian Le Mans Series, celebradas en una cita única en Okayama, lo hizo aún mejor, siendo tercero y quinto, con Oliver Jarvis como compañero.

Las 24 horas de Le Mans fueron su despedida. Compitió dos años seguidos: en 2009 acabó noveno, haciendo equipo con Albers y Mondini. Le Mans fue su única carrera en 2010, en la que se tuvo que retirar por problemas mecánicos (junto con Albers y Jarvis). Después de la prueba, anunció su retirada de las carreras y empezó a trabajar como mánager de importación en una empresa naviera en el Reino Unido. Hace pocos meses dejó el trabajo en búsqueda de nuevas oportunidades.

Pero el pasado 10 de septiembre todo acabó. Christian Bakkerud sufrió un accidente en una rotonda situada en el distrito de Putney Hill, al suroeste de Londres. Según las investigaciones de la policía, el coche, un Audi RS6, no tomó una curva a la izquierda en la misma rotonda y patinó hacia un guardarraíl antes de estrellarse contra un muro de hormigón. Bakkerud entró muy grave en el Hospital de San Jorge, donde murió al día siguiente. El ex piloto danés tenía 26 años y se accidentó en un lugar peligroso, ya que un informe policial aseguró que 12 personas han muerto en la rotonda en los últimos tres años.

Christian Bakkerud tuvo que retirarse del pilotaje demasiado joven debido a una lesión en la espalda. Pero nada es comparable a un accidente que pudo haberse evitado. Este artículo va por él. Descanse en paz.

Y el martes en "Los hombres tienen nombre", Roberto Merhi, el piloto español con el futuro más prometedor.

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