viernes, 9 de septiembre de 2011

Los hombres tienen nombre: Vitantonio Liuzzi

Este fin de semana la Fórmula 1 celebra su última cita en Europa. Bernie Ecclestone quiere llevar la categoría allí donde haya dinero, siempre y cuando sea fresco, cuantioso y sonante, un hecho que no se da en el Viejo Continente. Y este Gran Premio no es uno cualquiera. Es el de Italia. Y el circuito no es uno de estos nuevos y majestuosos autódromos recauchutados de asfalto hasta la saciedad por gentileza de Hermann Tilke. Monza no es el trazado más excitante, pero sí el que desprende más historia, tradición y pasión por metro cuadrado de todo el campeonato.

Pero la mayoría de los aficionados presentes apoyan a Ferrari y no les importa quién conduzca el monoplaza rojo, solo que gane. Alberto Ascari ha sido el único ganador de un mundial con la marca del "Cavallino Rampante" y el último en conducir un Ferrari en Fórmula 1 fue Giancarlo Fisichella, con más bien poco éxito. Hoy vamos a hablar de uno de estos hombres que no ha podido pilotar un Ferrari y que, a pesar de correr en casa, recibe un apoyo relativo por parte de los aficionados (aunque mayor que en otros circuitos).

Vitantonio Liuzzi nació en 1981 en Locorotondo, un municipio situado en la provincia de Bari, al sur de Italia. A los nueve años empezó a correr en karts, y el éxito no tardó en llegar. En 1993 ganó el Campeonato Italiano de 60cc, y dos años después fue subcampeón mundial en la categoría de Junior A. De ahí sumó más victorias, siendo tercero en el Europeo de Super A en 1999, y se proclamó campeón mundial de la categoría en 2001. Ese mismo año tomó parte en sus primeras carreras en monoplazas, ya que ganó una carrera y acabó subcampeón en la Fórmula Renault 2.0 alemana; y fue invitado a la Eurocopa 2.0 en Nürbugring, siendo decimoctavo.

2002 fue un año movido para Liuzzi, que ya empezaba a aparecer en las agendas de varios equipos de Fórmula 1. El piloto italiano participó en la Fórmula 3 alemana, pero solo consiguió dos pole position y tres podios, que le sirvieron para finalizar en la novena posición. En otros eventos tuvo suerte dispar: corrió dos carreras de la Fórmula 3 francesa, sin puntuar en ninguna; pero ganó la carrera de la Fórmula 3 italiana a la que fue invitado. Acabó octavo en el Masters, pero se vio forzado a abandonar tanto en Pau como en Macao. Sus actuaciones no pasaron inadvertidas y Red Bull, que ya empezaba a ojear las categorías inferiores en busca de jóvenes talentos, le fichó para la Fórmula 3000.

Sin opciones de ganar el campeonato, Liuzzi y su compañero Patrick Friesacher fueron muy igualados durante la temporada 2003. Friesacher logró una victoria y cuatro podios y acabó en la quinta posición. Pero Liuzzi fue cuarto, ya que aunque "solo" consiguió dos podios y una pole position, pudo ser más regular que el austríaco y sumar puntos en más carreras. RC Motorsport le invitó a la cita que las World Series by Nissan organizaban en el A1-Ring. Sumó un abandono y un noveno puesto. El piloto de Locorotondo siguió en la Fórmula 3000 en 2004, pero se fue a Arden, el equipo creado por Christian Horner. Y dominó, ya que hizo nueve pole position, siete victorias y tres vueltas rápidas, siendo el último campeón de una categoría agonizante y arrastrada por las deudas, que fue reemplazada por la GP2 al año siguiente.

Después de probar un Sauber en septiembre de ese mismo año, Red Bull le puso a prueba en noviembre y lo fichó poco después para afrontar su primera temporada de Fórmula 1, gracias a la compra del equipo Jaguar. El equipo austríaco ejecutó una cláusula por la que Liuzzi y Christian Klien se alternarían el volante durante el año, pero al final el italiano solo disputó cuatro carreras: octavo en Imola (por culpa de la descalificación de los BAR-Honda), salida de pista en Montmeló, accidente en Mónaco y noveno en Nürburgring. Pero durante el resto del año, se limitó a hacer funciones de probador mientras Klien y David Coulthard conducían en los circuitos. La solución fue la compra de Minardi por parte de Red Bull, que llamó al nuevo equipo Toro Rosso.

Durante un año y medio Liuzzi compartió garaje con Scott Speed, probador de Red Bull que procedía de la GP2. En 2006, con un motor V10 capado ante la llegada de los V8, los Toro Rosso abandonaron en pocas ocasiones pero las pasaron canutas para sumar puntos. Aún así, Liuzzi obró el milagro, siendo octavo en Indianápolis en una carrera caótica y logrando el primer punto del nuevo equipo. Pero en 2007, nueve abandonos consecutivos le dejaron en la cuerda floja y le costaron muy caro. De nada sirvió un sexto puesto en China, Liuzzi fue despedido de forma tajante, igual que Speed lo había sido en julio. Sus sustitutos fueron Sébastien Bourdais, cuatro veces campeón de la Champ Car, y una joven promesa de la cantera de Red Bull, llamada Sebastian Vettel.

Tonio Liuzzi dejó Toro Rosso de mala manera, pero encontró un puesto de probador en Force India, la enésima reencarnación del equipo Jordan. Desarrolló dicha función entre 2008 y parte de 2009. Mientras tanto, para no perder la forma, en el invierno 2008-09 participó en dos categorías opuestas: en la Speedcar Series, competición de pilotos veteranos con coches stock, parecidos a los de la NASCAR; y en el A1GP, donde corrió cuatro carreras para el equipo italiano. Liuzzi fue tercero por detrás de Gianni Morbidelli y Johnny Herbert en la Speedcar, sumando tres victorias y cinco podios, mientras que en el A1GP ayudó a Italia a ser decimosexta, logrando una pole position y un cuarto puesto en Estoril como mejor resultado.

La repentina marcha de Giancarlo Fisichella a Ferrari, donde sustituyó a un desastroso Luca Badoer, aupó a Liuzzi al Force India VJM02, para intentar convencer a los jefes del equipo en la últimas carreras. En Monza rodó en los puntos hasta que le detuvo una avería, pero no hizo mal final de temporada y se ganó la permanencia en 2010, con Adrian Sutil como compañero. Durante el año pasado, a Liuzzi le costó igualar el ritmo de Sutil y su rendimiento se diluyó poco a poco, ya que comenzó bien. En Corea igualó la sexta posición de China 2007, su mejor resultado. Pero este hecho no ocultó sus siete abandonos, algunos por accidentes más que evitables. En enero, Force India le rescindió el contrato y contrató a Paul di Resta.

Por segunda vez, Liuzzi tuvo que buscarse la vida para encontrar un asiento libre, y esta vez con menos tiempo que la anterior. Al final, el piloto italiano aceptó la oferta de Hispania, que le pedía un poco de dinero en término de patrocinio para liderar al equipo. Después de no clasificarse en Australia, Liuzzi pudo seguir a los Virgin y superarles gracias al decimotercer puesto del italiano en Canadá. Los resultados han llegado, y los actuales HRT superan de vez en cuando a Virgin e incluso se acercan a Lotus.

Vitantonio Liuzzi es un hombre que no se rinde fácilmente. Llegó de forma relativamente fácil a la Fórmula 1 gracias al apoyo de Red Bull y lo hizo para quedarse. Ni siquiera dos despidos le han amilanado, hecho que demuestra una voluntad y unas ganas tremendas de conducir un monoplaza de la máxima categoría. Liuzzi es tozudo como él solo y de momento está liderando bien al equipo HRT (antiguo Hispania), aunque se rumorea que puede no estar en el equipo español en 2012. Veremos qué ocurre.

Y el martes en "Los hombres tienen nombre", Giedo van der Garde, el nuevo holandés volador.

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