El equipo Red Bull Racing es el que está de moda. La formación dirigida desde la sombra por Dietrich Mateschitz y capitaneada por Christian Horner es la vigente campeona mundial, con Sebastian Vettel como punta de lanza. Mateschitz lo tiene todo: una bebida de éxito, un gran departamento de marketing, equipos de coches y de fútbol, un conocido centro de alto rendimiento en los Alpes... pero lo faltaba algo, una instalación con el nombre de la marca. Ahora esto ha cambiado con el Red Bull Ring.
Parecía imperdonable que el famoso Österreichring cayera en el olvido, pero Red Bull se ha acordado de él, aunque a su manera. El Gran Premio de Austria se celebró en esta pista desde 1970 hasta 1987, cuando, después de dos banderas rojas en el comienzo de la carrera, se decidió no volver, por considerar el circuito poco seguro. Tras varias batallas legales, el circuito fue acortado por Hermann Tilke y se cambió el nombre a A1-Ring (una compañía de teléfonos móviles que sufragó gran parte de la remodelación) en 1995. Se pasó de una pista extremadamente rápida a un trazado más definido.
El nuevo A1-Ring albergó dos Grandes Premios de motociclismo y tres carreras del DTM, e hizo que la Fórmula 1 volviera a Austria a partir de 1997. Entre otras carreras, se recuerdan especialmente la sorprendente victoria de Eddie Irvine en 1999, el caos en la salida en el año 2000 o la polémica de las órdenes de equipo por parte de Ferrari en 2002. Pero el A1-Ring entró progresivamente en la lista de circuitos prescindibles. A finales de 2003, el circuito austríaco se quedó fuera de la lista de Grandes Premios para el año 2004, sobre todo por culpa de la prohibición de la publicidad del tabaco, hecha ese mismo año por la Unión Europea.
Desde entonces, el circuito vivió una época de ostracismo y abandono por parte de las autoridades. En 2004 la tribuna principal y el pit lane fueron demolidos. Tras la compra del autódromo en ruinas por parte de Red Bull, los siguientes cuatro años vieron a muchos posibles inversores preguntar por el precio e irse antes de llegar a un acuerdo. Entre ellos se encuentra el piloto Alexander Wurz, que quiso renovar el circuito, sin éxito. Después de mucha especulación, Red Bull empezó a invertir dinero para la reconstrucción a finales de 2008. Las obras acabaron en otoño de 2010, y poco después Charlie Whiting acudió en representación de la FIA para dar el visto bueno a la remodelación y permitir que el circuito albergue carreras siete años después. Esta temporada el DTM volverá a Austria la semana que viene, el día 5 de junio, mientras que la Fórmula 2 y el International GT Open acudirán a finales de agosto.
Dietrich Mateschitz, después de pensárselo mucho y de marear la perdiz, se ha dejado mucho dinero en este proyecto, aunque el trazado siga siendo el mismo que remodeló Tilke. El pasado 15 de mayo, Sebastian Vettel, Mark Webber y el equipo Red Bull Racing al completo asistieron a la inauguración. Esperemos que con este buen gesto, Austria recupere el prestigio que tiene en los deportes de motor, y por qué no, que la Fórmula 1 vuelva a casa de Red Bull.
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