En las carreras, al igual que en la vida, la experiencia es un grado. Este dicho se puede aplicar sobre todo a los turismos. Las parrillas de este tipo de carreras acostumbran a llenarse con pilotos que solo han conducido turismos, aunque se han dado casos de antiguos pilotos de Fórmula 1 o de promesas que no encuentran asientos en monoplazas y que llegan a estas carreras en su afán por continuar su sueño automovilístico. Este fin de semana el Campeonato Británico de Turismos (BTCC) vuelve a la acción en el remodelado circuito de Snetterton, después de un parón que ha durado un mes y medio. Y con 43 años, nuestro hombre de hoy demuestra en cada carrera que sigue en condiciones de dar guerra, incluso de ganar.
Jason Plato nació en Oxford en 1967. Como no, los karts fueron su categoría de iniciación, en la que destacó en carios campeonatos, aunque sin ganar. Después de quedarse a las puertas de la victoria en la escuela Winfield del Campus Elf en 1989, su primera competición en monoplazas fue la Fórmula Renault británica, en la que acabó quinto en 1990. Manor Motorsport fue el equipo que le ayudó desde entonces durante su época en fórmulas. Al año siguiente mejoró sus números, ya que fue cuarto con cinco victorias y ocho podios en su haber; ese mismo año ganó los Encuentros Internacionales de Fórmula Renault (la futura Eurocopa 2.0), título que le dio cierto renombre en su país.
Pero en 1992 solo pudo disputar la mitad de las carreras de la Fórmula 3 británica, logrando ocho puntos. Quinto en la Fórmula Vauxhall en 1993, fue probador del equipo oficial Nissan del BTCC durante 1994. Volvió a disputar diversas pruebas de Fórmula Renault en 1995. En el año 1996 volvió a encontrar cierta estabilidad al conquistar el cetro de la copa Renault Spyder en Gran Bretaña, con diez victorias de 14 posibles, y también ganó la cita británica del campeonato europeo Renault Spyder.
Plato debutó en el BTCC en 1997, como escudero de Alain Menu en el equipo oficial Renault, donde permanecería sus tres primeros años. El suizo ganó el título con autoridad, debido a la gran superioridad del Laguna. Plato también aprovechó dicho potencial para sumar dos victorias a final de temporada y acabar tercero, tras Menu y solo un punto por detrás de Frank Biela. También participó en la Bathurst 1000, la carrera de turismos más importante en Australia, pero tuvo que abandonar junto a su compañero Menu. Siguió dos temporadas más en Renault, logrando una victoria y siete podios en 1998 y otra victoria y cuatro podios en 1999; en ambas temporadas finalizó quinto en la clasificación.
La marcha de las grandes marcas afectó al Campeonato Británico, que vio reducida su parrilla de forma dramática. Renault también se fue y Jason Plato se vio obligado a cambiar de aires, haciendo las maletas en dirección al equipo Vauxhall. La temporada 2000 siguió el ritmo de las anteriores, ya que volvió a acabar quinto, ganó pocas carreras (dos) y logró pocos podios (ocho), pero mantuvo una gran regularidad, sumando puntos en 20 de las 24 carreras con el modelo Vectra. En la siguiente temporada llegó el despegue definitivo de Plato. Vauxhall se quedó como único fabricante en 2001 y solo tuvo que batallar con su compañero de equipo Yvan Muller. Muller sumó 22 podios, por los 24 de Plato. Y aunque el francés consiguió diez victorias por las ocho del inglés, Muller abandonó en cuatro carreras, con una sola retirada por parte del británico. Gracias a esos detalles, Plato se proclamó campeón.
Jason Plato cambió radicalmente su trayectoria en 2002, cuando decidió irse del BTCC y tomar parte en la ASCAR, un campeonato británico de coches stock, inspirado en la NASCAR americana. No ganó carreras, pero fue tercero, tras el francés Nicolas Minassian (subcampeón de la Fórmula 3000 en el año 2000 y actual piloto de Peugeot en Le Mans) y el inglés Kelvin Burt (ex piloto del BTCC y ganador en Macao en 1995). También participó en una carrera de resistencia en Spa, que tuvo que ser suspendida por lluvias torrenciales y en la que acabó cuarto. 2003 fue un año sabático para Plato, que se pasó la temporada haciendo de probador de SEAT. La marca española preparaba su entrada en el Campeonato Británico y confió en el piloto inglés, que fue la punta de lanza de su proyecto, basado en la reglamentación Super 2000 en lugar de la BTC-Touring que se llevaba por entonces.
SEAT entró en 2004 en el BTCC, con dos Toledo iguales a los que usaba en el Europeo. Plato no lo hizo mal en su regreso, ya que logró siete victorias y fue tercero en la clasificación pero cometió errores que hipotecaron sus opciones de ganar el título. Fue partícipe del BTCC Masters, una carrera que reunió a campeones y pilotos destacados de la historia reciente del Campeonato Británico; abandonó por culpa de un choque con Patrick Watts. Y también estuvo presente en dos carreras de resistencia en Australia. Compartiendo volante con Peter Brock, una leyenda del automovilismo ya fallecida, fueron decimocuartos en Sandown y abandonaron en Bathurst. Tres victorias y diez podios fueron su bagaje en 2005, año en el que volvió a quedarse lejos de luchar por el cetro británico. Pero ese no fue ni mucho menos su último cometido. Entró en ocho carreras del renacido Mundial de Turismos (WTCC), logrando un segundo puesto en Silverstone como mejor resultado. Y participó en la Copa Europea de Turismos celebrada en Vallelunga, siendo quinto en la primera carrera y ganando la segunda, con una segunda posición final.
Los resultados mejoraron a partir de 2006. Ya con un nuevo modelo, el SEAT León, consiguió ocho victorias y fue subcampeón, amenazando el liderato de Matt Neal en buena parte del campeonato. Pero el buen papel de Plato valió para que SEAT ganara el campeonato de Constructores. En 2007 Plato no se retiró en ninguna de las 30 carreras, y logró ocho victorias y diecisiete podios. El León iba muy fuerte, y el británico batalló por el título hasta el final con el italiano de Vauxhall Fabrizio Giovanardi. En la última cita celebrada en Thruxton, Plato llegaba con siete puntos de ventaja sobre Giovanardi. Pero fue el transalpino quién se llevó el título, y por solo tres puntos. 2008 fue una sucesión de errores para Plato, que a pesar de contar con el motor diesel y ganar otras ocho carreras, no pudo con un Giovanardi autoritario. Al final de la temporada, fue tercero por detrás del italiano y del joven y prometedor Mat Jackson, y SEAT anunció su retirada oficial del BTCC.
Sin volante, Jason Plato no pudo llegar a un acuerdo con ningún equipo hasta la misma semana del comienzo del campeonato, cuando firmó un contrato con el equipo de Ray Mallock para conducir un Chevrolet Lacetti. A pesar de las prisas, Plato volvió por sus fueros en 2009. Siete victorias y un gran final de temporada le aúparon al subcampeonato, cinco puntos detrás del norirlandés Colin Turkington y cuatro por delante de Giovanardi. Todos los esfuerzos de los últimos años culminaron en 2010. Plato condujo el nuevo modelo de Chevrolet, el Cruze, hacia la victoria absoluta. Siete victorias y mucha regularidad le valieron para ganar el título, por delante de los Honda de Matt Neal y de Gordon Shedden y los Ford de Tom Onslow-Cole y Tom Chilton. Aunque todo esto no valió para que Chevrolet ganara en Constructores, un campeonato que se llevó la marca japonesa.
Este año, Plato no tiene el mismo ritmo. El Chevrolet es el único coche que ha quedado con la reglamentación Super 2000, ante la NGTC (Coche del Futuro) que han adoptado los rivales. A mitad de campeonato ya ha logrado cuatro victorias, que le confirman como el piloto más victorioso de la historia del BTCC, con 64 victorias en su cuenta particular. Pero aunque se encamina hacia Snetterton, el mismo circuito en el que ganó dos carreras que elevaron sus opciones de título hace un año, el inglés va ahora en sexta posición y 40 puntos por detrás del líder, Matt Neal, su principal rival en los últimos años. Jason Plato es un ejemplo de piloto ganador, que no se oxida con el paso del tiempo y que sigue intimidando a sus rivales. Dos campeonatos le avalan y es probable que consiga más. Esta leyenda activa del mundo de los turismos aún no ha dicho su última palabra.
Y el martes en "Los hombres tienen nombre", Felipe Nasr, el enésimo sucesor de Senna que tiene buena pinta.
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